¿Para qué estoy aquí en la tierra?

En la actualidad, una persona vive un promedio de 25,550 días. Si usted es una persona típica, ese es el tiempo que vivirá. ¿No cree que sería un sabio uso de su tiempo apartar 40 de esos días para averiguar qué quiere Dios que haga con el resto de ellos?

A menos que se de por hecho la existencia de Dios, la búsqueda del propósito de vivir no tiene sentido.
¡Les recomiendo que lean desde el primer día! Si desean tener el libro, sólo díganme y se los paso.

domingo, 2 de octubre de 2011

Día 21. Cuida tu iglesia

Colosenses 3:14
Que el amor sea el árbitro de sus vidas, porque entonces la iglesia  permanecerá unida en perfecta armonía.
Dios desea intensamente que experimentemos la unidad y armonía unos con otros. Nada en la tierra es más valioso para Dios que su iglesia.

Consejos Prácticos
  • Enfoquémonos en lo que tenemos en común, no en las diferencias.
La división siempre surge cuando dirigimos la mirada hacia las personalidades, las preferencias, las interpretaciones, los estilos o los métodos. Pero si nos concentramos en amarnos y cumplir los propósitos de Dios, el resultado es la armonía.
  • Sé realista con respecto a tus expectativas.
Anhelar lo ideal mientras criticamos lo real es señal de inmadurez. Por otro lado, si uno se conforma con la realidad sin esforzarse por alcanzar lo ideal es señal de complacencia. La madurez consiste en vivir con esta tensión. Cuanto más pronto dejemos la ilusión de que una iglesia debe ser perfecta para amarla, más pronto dejaremos de fingir y empezaremos a admitir que todos somos imperfectos y necesitamos la gracia de Dios.
  • Decídete a animar más que a criticar.
Un espíritu de censura es un vicio costoso.
  • Niégate a escuchar chismes.
  • Practicar el método de Dios para resolver conflictos.
Mateo 18:15-17
Si tu hermano peca contra ti, ves a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano. Pero si no, lleva contigo a uno o dos más, para que todo asunto se resuelva mediante el testimonio de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso a ellos, díselo a la iglesia.
  • Apoya a tu pastor y a los líderes.
Protegemos la comunión cuando honramos a los que nos sirven por medio del liderazgo.
¿QUÉ ESTOY HACIENDO PARTICULARMENTE PARA PROTEGER LA UNIDAD DE LA FAMILIA DE MI IGLESIA?

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