¿Para qué estoy aquí en la tierra?

En la actualidad, una persona vive un promedio de 25,550 días. Si usted es una persona típica, ese es el tiempo que vivirá. ¿No cree que sería un sabio uso de su tiempo apartar 40 de esos días para averiguar qué quiere Dios que haga con el resto de ellos?

A menos que se de por hecho la existencia de Dios, la búsqueda del propósito de vivir no tiene sentido.
¡Les recomiendo que lean desde el primer día! Si desean tener el libro, sólo díganme y se los paso.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Día 23. Cómo crecemos

Efesios 4:14-15
Así ya no seremos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error; sino que, siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo.
La meta de nuestro Padre Celestial es que maduremos y desarrollemos las características de Jesucristo. Lo único que necesitas para empezar es decidir convertirte en discípulo. Nada le da más forma a tu vida que los compromisos que asumas. Llegamos a ser lo que nos comprometemos a ser.
  • El Papel de Dios y el tuyo.
Filipenses 2:12-13
Lleven a cabo su salvación con temor y temblor, pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad.
El llevar a cabo es nuestra responsabilidad, y el producir es el papel que desempeña Dios.
  • Cambia tu piloto automático
Para cambiar tu vida debes cambiar tu manera de pensar. Detrás de todo lo que haces hay pensamientos. Toda conducta es motivada por una creencia y toda acción es incitada por una actitud.
Proverbios 4:23
Sobre toda cosa que guardes, guarda tu corazón, porque de él mana la vida
El cambio siempre comienza en la mente, la manera en que pienses determinará cómo te sientes, y como te sientes influirá en cómo actúas.
1 Corintios 14:20
Dejen de pensar como los niños. Sean niños en la malicia, pero sean adultos en su forma de pensar.
La vida cristiana es mucho más que credos y convicciones; incluye conducta y carácter. Pensar en los demás es la esencia de ser semejantes a Cristo y la mejor evidencia del crecimiento espiritual.

¿CUÁL ES UNA DE LAS ÁREAS DONDE NECESITO DEJAR DE PENSAR A MI MANERA Y COMENZAR A PENSAR A LA MANERA DE DIOS?

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