Sus debilidades no son un accidente. Deliberadamente Dios las permitió en su vida con el propósito de demostrar Su poder a través de usted. La Biblia está llena de ejemplos de cómo Dios se deleita en usar a personas imperfectas y ordinarias para hacer cosas extraordinarias a pesar de sus debilidades. Si Dios sólo usara a personas perfectas, nunca se haría nada porque ninguno de nosotros es sin defecto. El hecho que Dios usa a personas imperfectas es muy alentador para todos nosotros.
Una debilidad, o “un aguijón,”como lo llamó Pablo, 4 no se trata de un pecado o un vicio o un defecto de carácter que se puede cambiar como la gula o la impaciencia. Una debilidad es cualquier limitación que heredó o que no tiene poder para cambiar. Puede ser una limitación física, como un impedimento, una enfermedad crónica, tener una bajo nivel de energía nato o una discapacidad. Puede ser una limitación emocional, tal como la cicatriz de un trauma, una memoria dolorosa, una idiosincrasia de personalidad o una disposición hereditaria. O puede ser una limitación intelectual o de talentos. No todos somos súper inteligentes o talentosos.
2 Corintios 4:7Como vasos de barro, somos frágiles, con defectos y nos quebramos fácilmente. Pero Dios nos usará si le permitimos que trabaje por medio de nuestras debilidades. Para que eso ocurra, tenemos que seguir el modelo de Pablo.
Somos como vasos de barro en los que este tesoro ha sido puesto. El poder verdadero viene de Dios y no de nosotros.
- Admita sus debilidades. Acepte sus imperfecciones. Deje de pretender que lo tiene todo bajo control y sea franco con usted mismo.
- Conténtese con sus debilidades. Nuestras debilidades también nos previenen de la arrogancia. Nos mantienen humildes.
2 Corintios 12:7Dios quiere que tenga un ministerio que refleje a Cristo en la tierra. Esto significa que otras personas van a encontrar sanación por medio de las heridas que ha sufrido. Sus mensajes de vida más impactantes y su ministerio de más efectividad procederán de sus heridas más profundas. Las cosas que más lo apenan, las que más lo avergüenzan y las que más duda en compartir son las herramientas exactas que Dios puede usar más poderosamente para sanar a otros.
“Para que nada se me subiera a la cabeza, se me dio un impedimento para mantenerme en constante contacto con mis limitaciones.”
La debilidad de Moisés era su enojo. Lo condujo a que matara a un egipcio, que golpeara la roca cuando estaba supuesto a sólo hablarle y que quebrara las tablas de los Diez Mandamientos. Sin embargo, Dios transformó a Moisés en el hombre más humilde de la tierra.
La debilidad de Gedeón era su poca autoestima y sus profundas inseguridades, pero Dios lo transformó en un hombre poderoso y valiente. La debilidad de Abraham era el temor. No una vez, sino dos veces, dijo que su esposa era su hermana para protegerse. Pero Dios transformó a Abraham en el padre de todos los que tienen fe. Impulsivo y de voluntad débil, Pedro se convirtió en “una roca”; David, el adúltero, se convirtió en un hombre conforme al corazón de Dios, y Juan, uno de los arrogantes “Hijos Del Trueno”se convirtió en el “Apóstol Del Amor.”
- Comparta francamente sus debilidades. El ministerio comienza con la vulnerabilidad. Cuanto más baje su guardia, se quite su máscara y comparta sus luchas, Dios será más capaz de usarlo en servir a otros.
La cualidad esencial para el liderazgo no es la perfección sino la credibilidad. Las personas tienen que ser capaces de confiar en usted o no lo seguirán. ¿Cómo puede aumentar su credibilidad? No pretendiendo ser perfecto sino siendo franco.
- Gloríese de sus debilidades.
¿ESTOY LIMITANDO EL PODER DE DIOS EN MI VIDA AL TRATAR DE ESCONDER MIS DEBILIDADES? ¿EN QUÉ NECESITO SER TRANSPARENTE PARA QUE PUEDA AYUDAR A OTROS?
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