¿Para qué estoy aquí en la tierra?

En la actualidad, una persona vive un promedio de 25,550 días. Si usted es una persona típica, ese es el tiempo que vivirá. ¿No cree que sería un sabio uso de su tiempo apartar 40 de esos días para averiguar qué quiere Dios que haga con el resto de ellos?

A menos que se de por hecho la existencia de Dios, la búsqueda del propósito de vivir no tiene sentido.
¡Les recomiendo que lean desde el primer día! Si desean tener el libro, sólo díganme y se los paso.

martes, 19 de julio de 2011

Día 11. Hagámonos los mejores amigos de Dios.

El Dios todopoderoso anhela ser nuestro amigo. Su relación con Dios tiene muchos aspectos: Dios es su Creador y Hacedor, Señor y Amo, Juez, Redentor, Padre, Salvador y mucho más. La amistad con Dios sólo es posible por su gracia y el sacrificio de Jesús.
2 Corintios 5:18
Dios nos reconcilió, por medio de Cristo nos transformó de enemigos en amigos.
La amistad con Dios es posible solamente debido a la gracia de Dios y al sacrificio de Jesús.
Éxodo 34:14
Dios es apasionado con respecto a su relación con nosotros.
Dios desea profundamente que lo conozcamos íntimamente. De hecho, El planeó el universo y dirigió la historia, incluyendo los detalles de nuestras vidas, para que pudiéramos llegar a ser Sus amigos. Conocer y amar a Dios es nuestro gran privilegio; ser conocido y amado por él es su mayor placer.
¿Cómo llegar a ser el mejor amigo de Dios?

          1. Mediante la conversación constante. La amistad con Dios se cultiva cuando compartimos todas nuestras vivencias con él. Usted puede tener con El una conversación continua y sobre cualquier tema todo el día, hablándole acerca de lo que está haciendo o pensando en ese momento. "Oren sin cesar" significa conversar con Dios mientras hace sus compras, o maneja, o cuando está llevando a cabo cualquier tarea cotidiana. Todo lo que hacemos puede ser tiempo que pasamos con Dios si lo invitamos a acompañarnos y somos conscientes de su presencia.


Practicar la presencia de Dios es una habilidad, es un hábito que usted puede desarrollar. Así como los músicos practican sus notas musicales cada día para poder tocar música bella con facilidad, así usted tiene que forzarse a pensar en Dios en diferentes momentos del día. Tiene que entrenar su mente a que se acuerde de Dios.


          2. Mediante la meditación continua.
Meditar es simplemente pensar con concentración: algo que cualquiera puede aprender y usar en cualquier lado.
Salmo 25:14
Ser amigo de Dios es privilegio de quienes lo reverencian: sólo con ellos comparte él los secretos de sus promesas.
La oración le permite hablar con Dios; la meditación le permite a Dios hablar con usted. Ambos son esenciales para convertirse en un amigo de Dios.

¿QUÉ PUEDO HACER PARA RECORDAR QUE DEBO PENSAR EN DIOS Y HABLAR CON ÉL MÁS A MENUDO DURANTE EL DÍA?

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